Primer Trimestre: La Resaca Tecnológica y los “Tiburones”
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Enero (El despertar del Software): El año arrancó en el CES de Las Vegas con un mensaje claro: “El coche es un gadget”. Vimos a Sony y Honda (Afeela) mostrar avances casi finales, pero la nota la dio la Inteligencia Artificial generativa integrada en los sistemas de infoentretenimiento. Ya no solo hablamos con el coche; el coche (especialmente en marcas premium alemanas) empezó a conversar con nosotros.
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Febrero (Guerra de Pickups): Febrero fue territorio de bateas. KIA sacudió el segmento con la llegada oficial y masiva de la Tasman, desafiando a las “vacas sagradas” (Hilux y Ranger). Al mismo tiempo, Stellantis empezó a mover fichas fuertes con la Ram 1500 actualizada, dejando claro que no cederían terreno ni en combustión ni en electrificación.
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Marzo (La Ola China 2.0): Si 2024 fue la introducción, marzo de 2025 fue la confirmación. BYD capitalizó el lanzamiento de su pickup Shark, poniéndola a rodar masivamente en calles latinoamericanas. La conversación cambió: ya no se hablaba de “si son buenos”, sino de “cuánto mercado le quitarán a los japoneses”.
Segundo Trimestre: El Regreso del Híbrido y el Nearshoring
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Abril (El Salón de Shanghái/Nueva York): Un mes de contrastes. Mientras en China se presentaban EVs con baterías de estado sólido experimentales, en Occidente, marcas como Toyota y Ford reafirmaron su estrategia híbrida. El mensaje fue contundente: “El cliente quiere autonomía, no ansiedad”. Vimos el debut de SUVs familiares que prometen más de 1,000 km por tanque combinando gasolina y electricidad.
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Mayo (Inversiones en el Bajío): Para México, mayo fue clave. Se confirmaron expansiones de plantas para el ensamblaje de baterías y componentes de la plataforma Neue Klasse de BMW y ajustes en las líneas de General Motors y Ford. El nearshoring dejó de ser promesa política para verse en ladrillos y líneas de producción.
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Junio (El adiós a los V8): A mitad de año, la nostalgia golpeó fuerte. Varios fabricantes entregaron las últimas ediciones especiales de sus motores V8 atmosféricos. Sin embargo, Dodge nos consoló con la llegada a las calles del Charger Daytona, demostrando que el “músculo eléctrico” puede tener alma (y ruido artificial).
Tercer Trimestre: Velocidad, Lujo y Ajustes de Precios
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Julio (Verano de Precios): La competencia feroz obligó a una corrección. Tesla y varias marcas chinas (MG, Chirey, Omoda) entraron en una agresiva guerra de precios y financiamiento con tasas inusualmente bajas para mover inventario. El consumidor fue el ganador, accediendo a tecnología ADAS de nivel 2 a precios que hace dos años eran impensables.
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Agosto (La Semana del Motor en Monterey): En Pebble Beach, el lujo se redefinió. Vimos hypercars híbridos de marcas de nicho y el resurgimiento de marcas históricas (como Alfa Romeo con ediciones limitadas) que apelan al corazón del purista. Fue el recordatorio de que el coche sigue siendo un objeto de deseo emocional.
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Septiembre (El Salón de Múnich/Detroit): Volkswagen y las marcas europeas mostraron sus cartas para sobrevivir a la competencia asiática: coches eléctricos pequeños y asequibles (por debajo de los 25,000 euros/dólares). La promesa del “EV para todos” empezó a materializarse en prototipos muy cercanos a producción.
Cuarto Trimestre: Cierre de Fotografía
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Octubre (La Fiebre de la F1): Con el Gran Premio de la Ciudad de México, el marketing automotriz alcanzó su pico. Las marcas usaron el evento no solo para vender autos, sino para vender estilo de vida. Fue el mes donde se vio más claramente la fusión entre moda, deporte y motor.

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Noviembre (La Realidad de la Infraestructura): Hacia el cierre del año, el tema recurrente en foros y noticias fue la red de carga. A pesar de que la adopción de EVs creció, la infraestructura pública no mantuvo el ritmo, lo que disparó nuevamente la venta de híbridos enchufables (PHEV) como la solución “puente” ideal para el 2026.
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Diciembre (El Balance Final): Cerramos 2025 con un mercado más maduro. Ya no hay “marcas nuevas” y “marcas viejas”, sino marcas rápidas y marcas lentas. La conectividad 5G, la seguridad activa de serie y la eficiencia energética fueron los tres pilares que definieron quién vendió y quién se quedó con inventario en los patios.
El 2025 no fue el año donde los autos volaron, pero sí el año donde aterrizaron sus promesas. Fue el año en que la industria china dejó de ser “la alternativa barata” para convertirse en el estándar tecnológico a vencer, y donde los gigantes tradicionales demostraron que, aunque tardan en girar, cuando lo hacen, mueven todo el océano.

























































