Bosh inauguró su nueva fábrica de semiconductores en la ciudad alemana de Dresde, la cual tuvo un costo de $1,200 millones de dólares.
De acuerdo con el proveedor de tecnologías, esta planta de manera inmediata fabricará los chips para sus propias herramientas eléctricas, sin embargo, a partir de septiembre comenzará la producción de semiconductores -tan escasos hoy en día- para la industria automotriz.
A través de un comunicado, Bosh destacó que esta -moderna- planta se opera a través de inteligencia artificial y:
“Llega justo en un momento donde el sector automovilístico mundial está sufriendo las consecuencias de la escasez de este tipo de componentes”.
Con 72,000 metros cuadrados de superficie, en la actualidad ya trabajan en las instalaciones unas 250 personas. Se espera que la plantilla crezca hasta los 700 empleados una vez se hayan completado los trabajos de construcción.