En el mundo, mientras escuchas estas palabras, la industria automotriz no se detiene. Cada año, se producen alrededor de 85 millones de vehículos. Eso significa que todos los días, incluso domingos y festivos, salen más de 230 mil autos de las líneas de producción.

  • En una hora, la humanidad arma 9,600 vehículos.
  • En un minuto, casi 160.
  • En un solo segundo, 2.6 vehículos listos para las calles.

En lo que dura un pestañeo, una nueva camioneta ya está apagando su primera luz de testigo. Si pusiéramos todos los autos fabricados en un solo día uno detrás de otro,
alcanzaríamos más de 1,000 kilómetros de fila continua. Una fila que podría conectar Ciudad de México con Monterrey o Madrid con Berlín… todos solo con autos fabricados hoy.

Y si sumáramos los autos producidos en un año, tendríamos suficientes vehículos para entregarle uno a cada habitante de Alemania, Francia y España… combinados.

Estamos hablando de la industria más compleja que la humanidad ha construido:
donde una sola unidad puede tener entre 4,000 y 30,000 piezas, en la que participan millones de trabajadores, y donde el tiempo promedio para ensamblar un auto puede ser tan rápido como 17 horas… pero el desarrollo completo de un modelo toma entre 4 y 7 años.

Así de enorme.
Así de precisa.
Así de silenciosamente constante.

La industria automotriz no solo mueve ciudades. Mueve economías, empleos, familias y países enteros. Y, aunque discutamos motores, electrificación o combustibles…
hay algo que permanece: mientras tú duermes, trabajas o revisas tu teléfono, en algún lugar del mundo, otro auto acaba de nacer.

Cada segundo nacen dos autos nuevos

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