Cooper Hefner parece que desea romper un mito, desea demostrarle al mundo que no solamente sabe de los placeres de la champaña, las grandes fiestas y mujeres con poco ropa, sino que también puede ser un gran empresario y aunque aún no ha podido demostrar serlo, el imperio que creó su padre acaba de recaer en sus espaldas.

La revista Playboy fue lanzada en 1953 con Marilyn Monroe en la portada, inmediatamente hizo click con literalmente millones de lectores que quedaron complacidos con la propuesta editorial de Hugh Hefner, recién fallecido.

A la par llegaron las batas coloridas, la lluvia de champan y las fiestas VIP con poca ropa demostrando que Playboy no era una simple publicación, era un estilo de vida.  La estrategia había resultado, Playboy vendía siete millones de copias por mes. Actualmente, la circulación mensual es de solo 800,000 revistas.

Ante esta debacle en ventas, Playboy sabe que necesita sangre nueva y las respuestas deben de llegar de Cooper Hefner.

Cooper es el menor de cuatro hijos de Hefner. Su madre es la no menos famosa Kimberley Conrad, fue una Playmate de los 80 que comenzó siendo la “representante” del mes de enero y acabó el año siendo la playmate de todo el año, pero lo más importante, logró conquistar el corazón del casanova, Hefner.

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La forma de comportarse de Cooper indica que si bien moverá los hilos de Playboy, quiere alejarse de la imagen de su padre. No tiene esposas conejitas como su padre, no va por la vida con una bata multicolores; se viste de impecable traje. Está comprometido con la actriz Scarlett Byrne, conocida por su papel de Pansy Parkinson en la saga de Harry Potter.

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Quizá él pueda evitar la pérdida de la mansión Playboy, que está a la venta por 200 millones de dólares, en la que ha pasado su infancia y en la que, a pesar de los esfuerzos de su madre, vivió una adolescencia tan convencional como atípica.

“Me pasaba como a cualquier adolescente de 14 o 15 años cuando sus padres hacen una fiesta. Ibas a las escaleras y mirabas qué estaba pasando y por qué no te habían invitado. Aunque luego con mis amigos yo no podía hablar de nada de eso… habría metido en serios problemas a mis padres”, explicaba Cooper en una entrevista con Vogue.

El “príncipe de Playboy”

Cooper, de 26 años, compartirá con sus hermanos la fortuna de Hugh, valuada de US$43 millones. Pero es el único de los Hefner que ya se ha establecido al frente de las empresas de su padre.

Actualmente Cooper es director creativo de Playboy Enterprises, y tal como lo ha hecho saber, parece estar dispuesto a renovar el imperio para llevarlo a una nueva generación de consumidores.

Playboy dejó de publicar imágenes de desnudos en 2016, en un intento por promover los anuncios publicitarios.

La medida, dijo Cooper, “fue un ataque directo contra lo que mi padre había estado luchando toda su vida, la normalización de la sexualidad”.

“No estuve a favor… y hubo momentos en lo que me cuestioné mi propia cordura”, le dijo al diario The New York Times. Y agregó: “Una de mis primeras prioridades (como director creativo) será reinstaurar los desnudos… para que lo que papá construyó vuelva a ser auténtico”.

Cooper cumplió lo prometido: los desnudos volvieron a aparecer en la publicación en marzo de este año con una edición especial en la que aparece su prometida Scarlett Bryne.

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