En el ruedo de la historia automotriz, Lamborghini supo convertir la pasión taurina en una metáfora de fuerza, bravura y carácter. Pero dejemos claro algo desde el inicio: aquí no se trata de aplaudir la crueldad, sino de rescatar el símbolo, el mito y la energía de aquellos toros de lidia que inspiraron algunos de los modelos más legendarios de la marca italiana. Porque si bien los animales merecen respeto y protección, sus nombres, cargados de poder y memoria, viven para siempre sobre cuatro ruedas.

  1. Miura (1966)

El toro: La ganadería Miura, de Sevilla, es famosa por criar ejemplares temidos por su fiereza.

El modelo: El Miura revolucionó el automovilismo al inaugurar la era de los superdeportivos con motor central trasero. Su diseño de Bertone y su V12 lo convirtieron en leyenda.

  1. Islero (1968)

El toro: Islero fue el toro que hirió mortalmente al torero Manolete en 1947.

El modelo: Elegante y sobrio, el Lamborghini Islero ofrecía refinamiento y potencia V12, aunque quedó a la sombra del Miura.

  1. Espada (1968)

El toro: La espada es el arma final en la tauromaquia, pero aquí se resignifica como símbolo de elegancia.

El modelo: Gran turismo de cuatro plazas, rompió esquemas al combinar confort familiar con el corazón de un toro bravo: su V12.

  1. Jarama (1970)

El toro: Jarama es una región española reconocida por su tradición taurina.

El modelo: El Jarama fue un GT compacto con alma poderosa, pensado para el mercado estadounidense.

  1. Urraco (1972)

El toro: Hace referencia a un toro joven, todavía prometedor, pero con garra.

El modelo: Fue la apuesta de Lamborghini por un deportivo más accesible, con motor V8, destinado a competir con Ferrari Dino.

  1. Countach (1974)

El toro: Aunque no alude a un toro, sino a una exclamación piamontesa de asombro, el Countach merece estar aquí por lo que representa.

El modelo: El Countach definió la estética de Lamborghini: puertas de tijera, líneas angulosas y un V12 brutal. El toro metafórico más bravo.

  1. Diablo (1990)

El toro: Un toro de la ganadería del Duque de Veragua, célebre por su furia en el siglo XIX.

El modelo: El Diablo alcanzaba 325 km/h, siendo el Lamborghini más rápido de su época. Verdadera encarnación de la fiereza.

  1. Murciélago (2001)

El toro: Un toro de 1879 que, tras resistir 24 estoques, fue indultado y entregado a la ganadería Miura para reproducirse.

El modelo: El Murciélago se convirtió en el estandarte de la era Audi, con tracción integral y un diseño tan agresivo como refinado.

  1. Gallardo (2003)

El toro: Hace referencia a una de las cinco castas fundacionales del toro bravo en España.

El modelo: El Gallardo democratizó Lamborghini: un V10 accesible, pero con bravura suficiente para convertirse en el más vendido de la marca durante años.

  1. Aventador (2011)

El toro: Aventador fue un toro premiado por su bravura en Zaragoza en 1993.

El modelo: Con un V12 atmosférico, diseño de líneas afiladas y puertas de tijera, fue el digno sucesor de la tradición Lamborghini hasta su despedida en 2023.

En esta faena de nombres y motores, Lamborghini nos recuerda que la bravura no necesita herir. La marca tomó prestada la esencia de los toros para transformarla en arte automotriz. Así, cada modelo se convierte en un pase maestro, un desplante de diseño y potencia, donde el rugido del motor sustituye a la arena ensangrentada. Porque el futuro de la pasión está en la velocidad, la emoción y la memoria… nunca en el daño a los animales.

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