Noruega ha sido el mejor campo de experimento que demuestra que la movilidad libre de combustibles fósiles es posible si y sólo si se junta las condiciones idóneas entre fabricantes, gobierno y compradores.

El Gobierno de Noruega, estima que para finales del 2024 el número de BEVs (Battery Electric Vehicle, conocidos por sus siglas BEV o también EV, son todos aquellos vehículos 100% eléctricos) en sus carreteras superará al de los automóviles de gasolina.

Sin embargo, quizá lo más interesante de esta noticia, no solo tiene que ver con el impacto -favorable- al medio ambiente, sino que para que se lograra esta descarbonización las petroleras y gasíferas tuvieron mucho que ver ya que destinaron gran parte de sus ganancias en “este nuevo negocio electrificado”.

Entre los modelos más exitosos se encuentra el Volkswagen ID.3, el coche eléctrico más vendido y que ha permitido al fabricante alemán superar a Tesla como primer vendedor de coches eléctricos en Noruega.

Con una tendencia en 2024, de 10 vehículos nuevos vendidos en Noruega nueve son eléctricos, esta nación se perfila como un modelo a seguir para otras regiones que buscan un futuro sostenible.

El “secreto” de Noruega en la descarbonización de su movilidad

La transición de Noruega hacia los vehículos eléctricos fue impulsada por una combinación de incentivos financieros y políticas de apoyo que propiciaron que los BEVs sean una opción atractiva para los consumidores.

Exenciones fiscales de gran impacto significativas y la inversión en infraestructura de carga pública alertarton a los noruegos a optar por vehículos más limpios y eficientes.

Sin embargo, el camino de Noruega no ha sido del todo terso, tan sólo el año pasado tuvieron que replantear algunas de sus “políticas verdes”, toda vez que la carga financiera en las extensiones de impuestos representó un importante impacto para las arcas del gobierno.

La descarbonización y sus impactos en el medio ambiente

El aumento en la adopción de BEVs en Noruega tuvo un impacto directo en la demanda de combustibles fósiles. Desde 2021, las ventas de diésel y gasolina en estaciones de servicio disminuyeron en aproximadamente un 8%, un testimonio del cambio gradual pero firme hacia formas de transporte más sostenibles.

La Carretera del Atlántico Norte se ubica en el centro-oeste de la costa del país europeo, esta vía atraviesa un archipiélago entre las entidades locales de Eide y Averøy.

Este declive en la demanda de combustibles fósiles es crucial no solo para los objetivos ambientales de Noruega, sino también como un posible precursor de tendencias globales, especialmente si otros países siguen su ejemplo.

Noruega a punto de lograrlo: los vehículos eléctricos superarán a los de gasolina en 2024

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