En 1946, Japón estaba devastado por la guerra. La mayoría de las empresas buscaban sobrevivir con lo básico. Pero una pequeña startup llamada Sony intentó construir su futuro con… una olla arrocera de madera.
El invento era simple: una caja de madera con electrodos conectados a la corriente. La idea era aprovechar la electricidad para cocinar arroz sin fuego. Pero había un problema: no funcionaba bien.
El arroz quedaba crudo en unas zonas y quemado en otras. La olla arrocera fue un fracaso comercial. No resolvía la necesidad más básica de los japoneses en ese momento: comer bien. Pero fue clave porque demostró la ambición de Sony: usar la tecnología para mejorar la vida cotidiana.
En 1946, Sony nació con una olla arrocera fallida.
En 2022, anunció junto a Honda que fabricaría un coche eléctrico.
La distancia entre ambos hitos parece abismal, pero en realidad es la misma historia: la de una empresa que siempre intentó adelantarse a su tiempo.
De la olla arrocera a la PlayStation
La olla de madera que quemaba arroz enseñó a Sony que la innovación sin utilidad no sirve. Ese principio guio su camino: la radio portátil en los 50, el Walkman en los 70, el CD en los 80 y la PlayStation en los 90.
Cada producto cambió la forma en que las personas escuchaban, veían o jugaban. Sony nunca se conformó con ser solo un fabricante de electrónica: aspiró a definir estilos de vida.
El reto de la movilidad
Entrar al automóvil parecía un paso lógico. El coche moderno ya no es solo un motor con ruedas: es una computadora sobre ruedas, cargada de pantallas, sensores y software.
Ahí es donde Sony encontró su ventaja: en el entretenimiento, la conectividad y la inteligencia artificial.
Pero fabricar un auto no es lo mismo que fabricar consolas. Se necesita experiencia en chasis, seguridad, cadenas de suministro y fiabilidad.
Honda, el socio ideal
Por eso Sony se asoció con Honda en 2022. Honda aporta lo que Sony no tiene: décadas de ingeniería automotriz, fábricas y reputación de durabilidad.
Sony aporta lo que Honda buscaba: electrónica avanzada, sensores de imagen, pantallas, servicios de streaming y videojuegos. El resultado es Afeela, la marca conjunta que debutó en el CES de 2023.
El sentido histórico
El coche de Sony no es solo un vehículo eléctrico más. Es la prueba de que la empresa que fracasó con una olla de arroz entendió algo clave:
La tecnología solo tiene valor si mejora la vida cotidiana.
Hoy, en lugar de quemar arroz, Sony busca que sus autos ofrezcan experiencias digitales tan inmersivas como sus consolas y tan confiables como exige la movilidad.
De la olla arrocera a Afeela, la filosofía es la misma: Fallar, aprender y reinventarse hasta convertir la tecnología en cultura.