La frase “tu vida puede cambiar en segundo” es muy relativa. Nunca toma significado hasta que algo te mueve y de estar en un sitio lleno de calma giras 180 grados y tu vida pende de un hilo. Victoria es eso y más, y Sebastián Schipper lo retrata a la perfección en este filme.

Calificamos Victoria con los siguientes adjetivos: Explosiva, ambiciosa, brillante, intensa, excitante, fuerte. Schipper conjugó de forma adecuada diversos factores para que esta cinta resultara imperdible.

Tendencias visuales

El primer crédito y el de mayor reconocimiento fue que se filmó en una sola toma. No hay cortes, es una sola secuencia de 2 horas 20 minutos, increíble pero cierto. Sebastián Schipper exploró esta forma de filmar que cada vez se vuelve tendencia y el resultado es grandioso para la crítica. En cada festival que se presenta es aplaudida y reconocida. El director de fotografía, Sturla Brandth Grøvlen ganó un Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín por su contribución artística. En los German Film Awards 2015 obtuvo los premios a Mejor Película, Mejor Dirección y los protagonistas, Laia Costa y Frederick Lau, recibieron el galardón a Mejor Actriz y Mejor Actor respectivamente.

Diversos mitos alrededor de su filmación se han desatado desde su presentación. El realizador ha comentado en diversas entrevistas que la filmación inició a las 4.30am y terminó cerca de las 7am. Pero hay quien dice que en realidad son al menos tres tomas diferentes y están los que aseguran que Schipper filmó tres veces toda la película entera y luego usó la que le salió mejor. Nunca lo sabremos bien, pero lo importante es que logró una excelente película con la tensión creada por el plano secuencia.

Una noche, una ciudad

Sin entrar en más detalle, platiquemos de la trama. Victoria es el nombre de una chica española que vive en Berlín y que, cuando inicia el filme, está bailando en un after de música electrónica de la ciudad.  Cuando decide irse a casa, se topa con cuatro berlineses enfiestados quienes la invitan a seguir la fiesta con ellos. La chica acepta y por varios minutos la historia es de juerga y romance, Victoria y uno de los chicos de nombre Sonne (Frederick Lau) comienzan a coquetear. Se nota la atracción que existe entre ellos. Juegan a seducirse de una forma banal, sosa, pero que el público acepta de manera inmediata y ríe con la palabras y la interacción entre ambos.

Hasta aquí, suponemos que es una cinta de fiesta y romance de una noche, pero no. En un instante todo cambia y la respiración tranquila que se tiene hasta al momento se acelerará y cada escena te mantendrá al borde de la butaca. La película da un giro radical y se volverá un thriller.

Tensión

Con el plano secuencia como aderezo principal, da inicio una nueva trama. Los jóvenes pasan de estar en un plan tranquilo y de buena onda a uno de nerviosismo y desesperación. Recurren a Victoria para solicitar su ayuda y la arrastran a cometer planes delictivos para saldar una deuda. De aquí en adelante, la cinta se torna de suspenso, acción y persecuciones. No conviene adelantar mucho lo que sucede después pero la tensión es permanente y, si bien como criminales el cuarteto deja mucho que desear, las situaciones que se presentan son de alto voltaje y la cámara parece un personaje más, transpirando teniendo ataques de pánico casi tanto como los protagonistas. Por eso en los últimos minutos querrás gritarles a los actores qué hacer, cómo manejar la situación.

La apuesta de Schipper fue grande. Una cámara, una toma, diálogos casi improvisados y actuaciones tan inmediatas que te acercan a cada uno de los personajes. Pudo fracasar pero sucede todo lo contrario.

COMPARTIR