YouTube decidió trazar una línea definitiva en la arena digital y el impacto ya se siente en toda la industria del entretenimiento.

En plena expansión de la Inteligencia Artificial generativa, la plataforma de video más influyente del mundo comenzó a cerrar de manera permanente canales dedicados a publicar películas y tráilers creados con IA, al considerar que este tipo de contenido vulnera derechos de autor, engaña a los usuarios y distorsiona el ecosistema creativo.

La ofensiva se hizo visible con la eliminación total de canales como Screen Culture y KH Studio, dos de los espacios más populares dedicados a tráilers falsos generados con Inteligencia Artificial. Entre ambos acumulaban más de dos millones de suscriptores y más de mil millones de visualizaciones, cifras que evidencian el alcance de un fenómeno que durante meses pasó inadvertido o fue tolerado bajo advertencias mínimas.

Hoy, sus páginas muestran el mensaje de contenido no disponible, confirmando su desaparición definitiva.

Según YouTube, estos canales violaron de forma reiterada sus políticas sobre spam y metadatos engañosos. Los videos, aunque visualmente sofisticados, simulaban avances oficiales de películas inexistentes o versiones alteradas de franquicias conocidas, utilizando IA para replicar personajes, escenas y estilos protegidos por derechos de autor.

En muchos casos, los materiales mezclaban fragmentos reales con contenido sintético sin autorización de los estudios propietarios.

En ese sentido, la plataforma ya había intentado frenar esta práctica mediante la suspensión de la monetización y la exigencia de etiquetas que aclararan que se trataba de avances no oficiales. Sin embargo, la persistencia de contenido engañoso y la eliminación deliberada de advertencias por parte de algunos creadores llevó a YouTube a aplicar la sanción más severa: el cierre total de los canales y la eliminación de todo su historial de videos.

Esta decisión llega en un contexto de presión creciente por parte de los grandes estudios de Hollywood, quienes manifestaron su preocupación por el uso no autorizado de su propiedad intelectual en contenidos generados por Inteligencia Artificial.

Empresas como Disney intensificaron el envío de cartas de cese y desistimiento, mientras exploran acuerdos controlados con desarrolladores de Inteligencia Artificial para proteger sus marcas y personajes.

Al mismo tiempo, YouTube endureció sus reglas contra el llamado “AI slop”, contenido automatizado producido en masa y sin valor creativo significativo. Desde mediados de 2025, el Programa de Socios fue ajustado para desmonetizar videos que reutilizan material protegido sin transformación real o que carecen de aportación humana, reforzando la idea de que la tecnología no exime del respeto a la autoría.

AI Slop…

Cabe mencionar que, ante esta iniciativa, la reacción de la comunidad está dividida ya que, para algunos, esta medida protege a los creadores legítimos y devuelve claridad a la plataforma, mientras que para otros sectores, plantea interrogantes sobre los límites de la creatividad asistida por Inteligencia Artificial.

Lo que resulta innegable es que YouTube envió un mensaje contundente: en la era de la IA, la innovación no puede construirse sobre la apropiación indebida. De esta manera, hoy, la plataforma está dispuesta a reescribir las reglas para dejar claro que el futuro digital no tiene cabida para el engaño ni para la violación sistemática de los derechos de autor.

YouTube vs la IA: elimina canales por violar derechos de autor

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