Canadá impuso un arancel del 100% a los vehículos eléctricos de batería (BEV) fabricados en China e importados a su país, con lo que se alinea con sus aliados comerciales de Estados Unidos y la Unión Europea quienes tomaron medidas proteccionistas similares.
El Gobierno encabezado por el primer ministro Justin Trudeau informó a través de un comunicado que estos aranceles a los vehículos eléctricos provenientes de China entrarán en vigor a partir del 1 de octubre de 2024 e “incluirán a automóviles de pasajeros, camiones, autobuses y furgonetas de reparto eléctricos y algunos híbridos”.
“Este impuesto adicional se aplicará además del arancel de importación de nación más favorecida del 6,1% que se aplica actualmente a los vehículos eléctricos producidos en China e importados a Canadá”, añade el comunicado.
El gobierno canadiense defiende esta decisión toda vez que “los trabajadores del sector automotriz canadienses se enfrentan actualmente a una competencia desleal por parte de los productores chinos, que se benefician de políticas y prácticas injustas y ajenas al mercado”.
Canadá y Estados Unidos, una barrera comercial
Dicha decisión por parte de Canadá es entendible si tomamos en cuenta que su sector automotriz está altamente integrado con el Estados Unidos, ya que la gran mayoría de su producción de vehículos ligeros, que fue de 1,5 millones de unidades el año pasado, se exporta hacia su vecino del sur.
Sin embargo, Canadá puede endurecer aún más su postura frente a China, ya que según se anunció, en 30 días habrá una consulta a fin de discutir acerca de la imposición de aranceles adicionales a otros sectores fundamentales “para la prosperidad futura de Canadá” , como las baterías y sus componentes, los semiconductores, los productos solares y los minerales esenciales.