Hablar de Nissan en México es hablar de movilidad masiva, de taxis, de flotillas y de familias que tuvieron su primer auto con esta marca. Antes de ser Nissan, el nombre que se conocía en muchos mercados era Datsun, y con esa identidad comenzaron a sembrar confianza: autos sencillos, mecánica robusta y consumo moderado.

Con la llegada del Tsuru, Nissan dejó de ser una marca más y se convirtió en sinónimo de taxi, de trabajo y de calle. El Tsuru fue durante años el auto más vendido de México, un modelo que combinó:

  • Precio accesible.

  • Mecánica simple.

  • Refacciones baratas

  • Una facilidad para adaptarse a gas, rótulos, publicidad y uso rudo.

Ahí se empezó a construir la imagen de Nissan como “el rey del mercado mexicano”, no solo por volumen, sino por presencia cotidiana: estaba en cada esquina, en cada sitio de taxis, en cada flotilla de empresa.

Nissan y el México real: trabajo, taxis y plataformas

Mientras otros fabricantes apostaban por la aspiración, Nissan apostó por el México real:

  • Flotillas corporativas,

  • Taxis de sitio,

  • Autos para plataformas de movilidad,

  • Y familias que buscaban algo que no los dejara tirados.

Modelos como Tsuru, Sentra, Versa y March fueron construyendo la idea de que “si quieres un auto para trabajar, compra un Nissan”. Ese posicionamiento fue clave: no era solo una marca de movilidad, era una marca de subsistencia económica.

Sin embargo, esa misma apuesta trajo sombras. El Tsuru se convirtió también en símbolo de falta de seguridad, de autos que, ante un choque, no protegían lo suficiente a sus ocupantes. La marca tuvo que evolucionar a la fuerza, retirando al Tsuru y elevando el estándar de seguridad de sus modelos.

Hoy, Nissan vive una transición:

  • Por un lado, defiende su lugar como líder histórico de ventas,

  • Pero también tiene que demostrar que ya no es la marca del auto inseguro, sino la del auto moderno, conectado y con mejores sistemas de protección.

Del Leaf al mañana: la apuesta eléctrica que se enfrió

Nissan fue pionera con el Leaf, uno de los primeros vehículos eléctricos de producción masiva en el mundo. Durante años, el Leaf fue el estandarte de la electrificación de la marca.

El problema es que, mientras el discurso eléctrico avanzaba, el mercado mexicano seguía concentrado en autos de combustión baratos y de trabajo diario.
La estrategia quedó a medias:

  • El Leaf fue más símbolo que producto masivo,

  • Y la gama Nissan en México siguió girando alrededor de Versa, Sentra, March y modelos de volumen.

Hoy, la gran pregunta es:

¿Será capaz Nissan México de capitalizar esa experiencia temprana con el Leaf y ofrecer una nueva generación de híbridos y eléctricos hechos para las condiciones reales del país?

Porque si una marca sabe leer al trabajador mexicano, es Nissan. La clave será cruzar esa tradición con la electrificación, sin perder de vista a su cliente base: el que vive del coche.

Cómo Nissan se volvió el “Rey del mercado”

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