Volkswagen no ha hecho las cosas todo lo bien que debería con el diseño sus últimos coches, incluyendo su obsesión por retirar los botones físicos, el renegar de los nombres clásicos de la marca o varios problemas en sus primeros eléctricos, y la marca lo ha reconocido y promete solventar cualquier problema para sus clientes.
Pero lo que no se esperaban dentro de Volkswagen es que su propio CEO, Thomas Schäfer, cargara contra la marca revelado el problema de diseño de sus coches que más odia el directivo alemán. “Funcionan muy mal”, no dudó en señalar Schäfer en una entrevista concedida al canal de TV Deutsche Welle con motivo del Salón de Munich.
¿El qué funciona “muy mal” en los Volkswagen, según su CEO?
El CEO de Volkswagen se refirió, en esta entrevista, al elemento de diseño que más odia de los prototipos de sus coches. Y este no es otro que… las manillas o tiradores extraíbles para abrir las puertas. “Son terribles de operar”, señaló Thomas Schäfer: “funcionan muy mal”, insiste sobre este problema.
No dejan de tratarse de unas declaraciones curiosas sobre estos elementos que tanto odia Thomas Schäfer teniendo en cuenta que varios de los prototipos de coches de Volkswagen lanzados bajo su mandato -Schäfer es CEO de Volkswagen desde julio de 2022- incluyen esta característica de diseño. Y si no, sólo hace falta fijarse en coches como el Volkswagen ID.EVERY1 Concept, presentado en marzo de este mismo año y que incluye estos elementos que, para el CEO de la marca alemana, “funcionan muy mal”.
El golpe de sinceridad de Schäfer puede leerse como un mensaje interno tan fuerte como externo: Volkswagen ya no puede permitirse errores que resten confianza a sus clientes. En un mundo donde la experiencia del usuario pesa tanto como la tecnología eléctrica o la conectividad, los detalles más simples —como abrir una puerta sin complicaciones— pueden ser decisivos.
La incógnita ahora es si estas palabras quedarán como una anécdota incómoda o marcarán un verdadero cambio de rumbo en la marca. Si Schäfer cumple con su promesa de “corregir lo que no funciona”, Volkswagen podría convertir esta autocrítica en un punto de inflexión, recuperando credibilidad y demostrando que incluso un gigante sabe rectificar cuando se equivoca.