La psicología dicta que la pérdida de un amigo cercano o un familiar es uno de los mayores retos que podemos enfrentar. Es cierto que todos reaccionamos diferente ante un suceso así, y aunque la muerte es parte natural de la vida, en ocasiones nos envuelve la confusión, la tristeza, la depresión y la negación de no dejarlos partir.

Negación

Convivir con la muerte tan de cerca es un dolor que sólo quienes lo han experimentado pueden describir. Nuestro comportamiento suele ser errático y converge entre lo racional e irracional. Los fantasmas mentales salen a relucir por el simple hecho de no querer desprendernos no sólo físicamente de las personas, sino también de su esencia, manteniendo su existencia en nuestro plano. Sintiendo su “presencia” entre nosotros.

Fantasmas del Pasado (Personal Shooper) es más que un thriller psicológico, es la silueta perfecta del miedo que nos provoca perder y olvidarnos de nuestros seres queridos. Pero sobre todo, del no resignarnos a su partida y sentir que los “vemos” o “escuchamos” en todo momento. Así lo plantea el realizador Olivier Assayas, quien de nuevo repite la fórmula y dirige a Kristen Stewart. Cabe recordar que ambos hicieron mancuerna en Clouds of Sils Maria (2014), cinta que le valió a la ex Bella Swan el César Awards, un equivalente francés de los Oscars de Hollywood.

Entre sombras

La nueva película de Assayas cabalga entre la realidad y lo paranormal. Narra la historia de Maureen Cartwright (Kristen Stewart), quien trabaja como asistente de Kyra (Nora von Waldstätten), una famosa modelo dentro del mundo de la moda y el diseño, quien es lo suficientemente importante para no ocuparse de sus cosas personales, como sus propias compras, de ahí que Maureen sea quien le ayude a realizar estas tareas, al mismo tiempo que trata de contactar a su gemelo recién fallecido, Lewis.

Ambos hermanos entraron al mundo de lo psíquico por un defecto en el corazón desde que eran niños, el cual los llevó a involucrarse dentro de prácticas espiritistas, convirtiéndose ambos en médium.

Negociación

La cinta recorre varios géneros, pero es ésta la particularidad del director francés. No se queda en un solo sentido, va del suspenso al drama pasando por el terror, y es ahí donde recae la importancia de Fantasmas del Pasado. Olivier no necesita de grandes efectos para tenerte al filo de la butaca con ganas de esperar la siguiente escena, sobre todo porque no es predecible. Con una fotografía en su mayoría oscura y llena de siluetas genera la inquietud; con un celular y mensajes de texto que recibe la protagonista de un número desconocido, la desesperación de estar vigilada todo el tiempo. Además, la tristeza que Maureen tiene hacía su vida, la cual vacía, sin sentido, realizando un trabajo que no le llena ni le divierte, por el contrario, la tiene harta, deseando siempre estar en los zapatos de otra persona, en esta caso los de Kyra.

Aceptación

Pero el peso principal sin duda en la actuación de Kristen. Se le ve como pez en el agua; demuestra que el cine europeo le sienta bien, sobre todo el género, que no es nada nuevo para ella. Aunque se hizo famosa por su participación en la saga Crepúsculo, el suspenso ha estado desde sus inicios como actriz. Sólo hay que recordar el papel de la niña enferma de asma en La Habitación del Pánico junto a Jodie Foster (2002). Por esa razón Assayas aprovecha su poca expresión, el llanto en los ojos y su apariencia fantasmal para mostrar a Maureen como la persona miedosa e insatisfecha que no tiene una vida.

Está claro que la cinta no es para todo el público. Es lenta pero esa es la intención del realizador; en ningún momento es aburrida, por el contrario, te mantiene atento de principio a fin. Un experimento por parte del realizador para demostrar que se pueden hacer películas de terror y suspenso de diferente forma a la hollywoodense con grandes aciertos.

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