La deplorable cultura vial que impera en México pone en riesgo a diario a miles de ciclistas que tienen la mortal necesidad de compartir con automovilistas las avenidas con únicamente un casco como escudo, que resulta insuficiente en caso de un percance.

Basado en el mismo principio que las bolsas de aire en los autos, la empresa sueca Hövding, creó un novedoso airbag desarrollado especialmente para quienes viajan en bicicleta y que, de acuerdo a sus creadores, “usarlo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte”.

Su funcionamiento es básico, pero efectivo, está elaborado con una tela resistente al agua, se coloca en el cuello del ciclista -como si se tratara de una bufanda deportiva- y cuenta con sensores que lo activan para que se infle al instante en caso de una caída o accidente.

Esta bolsa de aire integra una batería que debe cargarse a través de USB, la cual mantiene en funcionamiento los sensores que en todo momento registran el movimiento del ciclista, de modo que, al detectar un movimiento brusco, producto de un golpe o caída, hacen que se active una cápsula integrada, que libera el gas para inflarlo en una fracción de segundo.

Una vez que se infla, el airbag se convierte en una especie de capucha que protege el cuello y toda la cabeza, de modo que se minimicen al máximo los riesgos de lesiones en un accidente.

 ¿Y salva vidas? De acuerdo con las estadísticas dadas a conocer por la compañía, en un percance a 25 kilómetros por hora existe una probabilidad del 90% de sufrir daños severos en la cabeza, mientras que, al usar esta bolsa de aire, la probabilidad se reduce a menos del 2 %.  Además, este accesorio absorbe la fuerza del impacto hasta tres veces más que un casco convencional para ciclismo.

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