Para nadie es un secreto que en estos momentos la marca de origen británico Jaguar se encuentra inmersa en una rápida evolución de su gama, que le permita igual o superar a sus competidores como Porsche o Bentley que han sido más atinados para enfrentar el desafío de la movilidad eléctrica.
Jaguar anunció ya hace algún tiempo que a partir del año 2025 en su catálogo de productos únicamente podrán encontrarse vehículos eléctricos que, además, irán destinados a un tipo de cliente muy concreto con un elevado poder adquisitivo.
De acuerdo con Thierry Bolloré, CEO de Jaguar/Land Rover, el plan de la compañía es simple: vender muchos menos vehículos, pero con un margen de beneficio por vehículo mucho mayor.
Con este mensaje queda claro que Jaguar quiere concentrarse con nuevos clientes que antes solo prestaban atención a otras marcas como por ejemplo Aston Martin.
Asimismo, Jaguar tiene intención de mantener a la venta todos sus modelos actuales hasta que finalice su vida comercial. Pero cuando esto ocurra, no serán sustituidos por modelos equivalentes del mismo segmento del mercado y en un rango de precios equivalente.
El Jaguar I-Pace llegó al mercado en 2018, y lo hizo además con el aval de la crítica. En 2019 recibió múltiples galardones, entre los que se incluye el de Coche del Año en Europa. Sin embargo, todo ello no logró empujar sus ventas, que finalmente no llegaron a los niveles esperados por la dirección de la compañía. El Jaguar I-Pace no tendrá, por tanto, tampoco un sustituto.