Productos van y vienen, pero hay algunos que han dejado huella en el día a día del mexicano, tal es el caso de las marcas que por su sabor o por su estrategia comercial no han pasado desapercibidos conforme pasa el tiempo. Y es que, desde un pan de caja, dulces, hasta una salsa para botanas, cuentan con una historia y un significado.

Por ejemplo, Grupo Bimbo, empresa mexicana fundada el 2 de diciembre de 1945, cuyo dueño es Lorenzo Servitje, se asoció con diferentes empresarios para comenzar con el consorcio que ahora conocemos y que además es distribuidor del pan más famoso en el país y en Centroamérica. De hecho, el significado de “Bimbo”, viene de una contracción de los vocablos “Bingo”, (juego popular por esa fecha) y del personaje “Bambi”, película estrenada años anteriores a su fundación.

Otro caso, es el refresco “Yoly”, el cual, sólo se vendía en la zona de Acapulco, Taxco, Ixtapa y en la mayoría del estado de Guerrero, muy común, por cierto, en la década de los 80´s y que actualmente ya se consigue en cualquier tienda de autoservicio. Cabe señalar, que esta bebida la embotellaba la fábrica “La Vencedora”, quien también distribuía productos de Coca Cola, pero como ese nombre no era muy atractivo, el dueño de la empresa decidió ponerle al refresco de limón, el mismo que el de su hija… “Yolanda”.

También México, a lo largo de los años ha sido productor de galletas  y una de las más conocidas e identificada, es la marca “Gamesa”; empresa fundada en 1948, la cual comenzó con el nombre de Galletera Mexicana S.A, pero en 1978, cambió su nombre a lo que hoy ya conocemos. Cabe mencionar que su logotipo no ha cambiado desde sus inicios y es que la letra “G” con forma de corazón, fue diseñada por Arie Johannes Geurts Verstegen, el cual aún sigue vigente.

Al igual que en las anteriores, la historia trasciende, por ello a la hora del café, la mayoría ubica aquél sitió que en 1903, los hermanos Walter y Frank Sanborn, abrieron en la Ciudad de México, la Sanborn American Pharmacy, en la que colocaron la primera fuente de sodas en el país; conforme pasó el tiempo, se mudaron al antiguo Jockey Club en la capital, el cual se trataba de ni más ni menos, el inmueble ubicado en la calle de Madero en el centro histórico de la CDMX, conocido como la “Casa de los Azulejos”, convirtiéndolo ya después en restaurante, tienda de regalos, dulcería y salón de té.

Una de las marcas más emblemáticas que por años ha existido en las tienditas de todas las colonias del país y cuyo slogan “ah que no puedes comer solo una”, todavía prevalece, fue la que el mexicano Pedro Marcos Noriega fundó en 1943 para vender papas fritas en bolsa, mediante el uso de la bicicleta.  En un principio, el producto se llamó “Golosinas y Productos Selectos”, pero más tarde, Noriega, bautizó a las papas fritas como “Sabritas” por la combinación de “sabrosas y fritas”. Hoy en día, la empresa pertenece a Pepsico y ocupa el 80 por ciento del mercado en nuestro país.

Por otro lado, la fama del consumo de picante por parte de los mexicanos es ya a nivel mundial y traspasa fronteras, por eso, la empresa Salsa Tamazula del estado de Jalisco, lanzó en primera instancia una salsa que resultaba muy picante para los consumidores, la “Salsa del torito”, por ello, sacaron una más rebajada a la que le pusieron “Valentina”, en honor a Valentina Ramírez Avitia, mujer soldado de Durango que peleó ataviada con ropa de hombre durante la Revolución Mexicana.

Y es que el hablar de la historia de México, también tiene que ver con gastronomía o en su defecto, bebidas, razón por la cual, en 1897, la cerveza Dos Equis de la empresa Cuauhtémoc, comenzó a vender cerveza lager, traída por alemanes a nuestro país a finales del siglo XIX y como se avecinaba un nuevo siglo, el “XX”, fue llamada “Siglo XX” pero al final, la gente la conocía más por “la cerveza dos equis”, mote que funcionó para su identificación y por ende, los dueños decidieron cambiarle el nombre, el cual es utilizado hasta la fecha.

Pero la popularidad no acaba ahí, ya que, en 1946, Egón Mabardi y Francisco Berrondo, refugiados españoles de la Guerra Civil en México, fundaron una empresa dedicada a la venta de muebles, cocinas a la que le pusieron “Mabe”, las primeras letras de sus apellidos. Fue tal el éxito en la introducción de electrodomésticos al país que para 1960, era ya la marca de línea blanca más vendida en México y Centroamérica.

Si bien, México es conocido en el mundo por sus tradiciones, también no podemos dejar pasar lo que hizo Don Cenobio Sauza, quien nunca imaginó convertirse en el “Padre del Tequila” ya que a sus 16 años trabajaba en una destilería de Tequila, Jalisco, administrada por José Cuervo, ahí, aprendió los métodos de destilación y por ello en 1873 fundo “La Perseverancia”, destilería que comenzaría a sacar a la venta sus tequilas Sauza y Hornitos.

Al mismo tiempo, uno de los productos que permanecen fijo en la canasta básica y que puede ser preparado con salsa, o en varios estilos como: revuelto, estrellado, volteado o aderezado con alguna legumbre, es el que los hermanos Juan, Javier, Enrique y Alfonso Bours, produjeron mediante la apertura de una granja de apenas mil gallinas para comenzar a vender huevo, desde Bachoco, ranchería cercana a Ciudad Obregón, la cual corresponde su nombre a raíz de que en Sinaloa, habitan los indios “Cahitas” en cuyo idioma las palabras: “ba y tzoco”, significan “agua y salado” respectivamente.

Finalmente, una de las tiendas de autoservicio más famosas en México por varias décadas, fue la que en 1958 inauguraron Jerónimo, Plácido y Manuel Arango, hijos de emigrantes españoles nacidos en nuestro país, quienes, fundaron una tienda departamental estilo Woolworth en la capital del país a la que nombraron “Central de Ropa”. Debido al éxito y tras pasar el tiempo, éstas fueron más pequeñas, con ello, su nombre cambió por “Aurrerá”, palabra que viene del idioma del País Vasco (euskera), “Aurrerá”, que significa “adelante”.

Marcas que han hecho historia en México

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