Mecánica cuántica impregnada de filosofía, política, viajes galácticos y altas dosis de humor negro, son los constantes de ‘Rick y Morty’, una de las series animadas más controvertidas de la televisión, donde grabar eructos de manera real y beber tequila para darle voz a personajes alcohólicos, son elementos causados por la irreverencia de uno de sus creadores, Justin Roiland, quien ha sabido llevar esta saga al éxito, pero con demasiados claroscuros.
La dupla entre Dan Harmon y Justin Roiland, creadores de ‘Ricky y Morty’, parecía ser muy productiva, hasta que acusaciones por acoso sexual, maltrato doméstico y decidía profesional del animador de 42 años, famoso por su trabajo en las series animadas ‘Solar Opposites’ y ‘Hora de Aventura’, comenzaron a romper la relación entre el equipo de producción y su gran amigo, a tal grado de relegarlo a la banca por su comportamiento.
Problemas desde el inicio
Su historial comenzó desde la primera temporada, donde por actitudes sobradas, dejó de ser el guionista titular para encargarse sólo del doblaje de voz, hecho en casa, ya que no permite que nadie lo dirija.
Por eso, Dan Harmon, contrató a escritores para la segunda temporada, provocando una ruptura entre ambos, la cual fue confirmada por el equipo de producción, quienes afirmaron que Justin a menudo decía: “¿No sería genial que pudiéramos hacer esta serie en realidad virtual y nunca tener que estar cerca el uno del otro?”
Actitudes poco profesionales
De hecho las pocas veces que se presentaba en la sala de guionistas, prefería jugar con pistolas Nerf, figuras de acción y coches de control remoto en lugar de crear más contenido para la serie, que por cierto, sólo escribió seis capítulos, razón por la que algunos compañeros aceptaron que ‘Rick y Morty’, funcionaba mejor sin él.
Otro capítulo que afianzó su salida del proyecto, fue durante la tercera temporada, donde la denuncia de acoso sexual, a causa de unos mensajes sugerentes que mandó por la noche a una de las guionistas, desataron una investigación profunda realizada por Cartoon Network, dejando más dudas sobre su temple y su desarrollo profesional. Por cierto, aún esos testimonios están bajo llave.
Su carácter laboral fue empeorando
La figura de Justin Roiland, cada vez empeoraba más, ya que también, la filtración de mensajes agresivos a la ex editora de la revista MAD, Allie Goertz, y a una chica menor de edad, a quien le dijo: “deberías huir de casa y convertirte en esclava sexual”, confirmaron las versiones del staff, quienes revelaron a The Hollywood Reporter, que el animador había caído en una “severa toxicidad”.
Su declive, se acentuó más, cuando fue procesado por el delito de violencia doméstica en el condado de Orange, California, en 2020, acusado por agresiones con lesiones corporales, amenazas, fraude y engaño. Las versiones indican que fueron contra una mujer que salía con él, un evento mediático que puso en jaque la séptima temporada que ya se estaba trabajando con Cartoon Network.
Por este conflicto, la barra de programación nocturna Adult Swim, responsable de la distribución de ‘Ricky y Morty’, desvinculó al creador y voz principal de la serie, que inició como un cortometraje bajo el nombre ‘Doc and Mharti’, una parodia de los protagonistas de la afamada cinta ‘Back to the Future’, quedando fuera también del estudio de videojuegos Squanch Games, donde había estrenado su primer trabajo ‘High on Life’.
Un punto sin retorno
Ya alejado, sin socios y con escaso trabajo, Justin Roiland, comenzó a caer en el alcoholismo, incluso ha revelado que, en cada presentación o entrevista, siempre bebe vodka mientras el evento dure. Y es que a menudo, ha dejado tirados a medios de comunicación, fans u organizadores de convenciones, e incluso a jefes de producción.
‘Ricky y Morty’ ha cautivado a la crítica y detrás de sus personajes hay dos talentos de polos opuestos, mientras uno escribía, el otro dibujaba y diferencias en conducta, provocaron una separación que ni siquiera las cadenas de producción, estaban al tanto de la problemática interna, dejando fluir seis temporadas a ciegas.
