Los últimos meses la escasez de componentes electrónicos ha puesto en jaque a decenas de industrias, el COVID impulsó la demanda de electrodomésticos, consolas, televisiones y demás aparatos electrónicos que emplean chips y otros componentes que también podemos ver en los automóviles. La industria del automóvil ahora está carente de ellos, y muchas voces expertas avisan que la falta de suministros podría extenderse otros dos años.
De acuerdo con The Guardian, esta escasez ha modificado los planes de Toyota, el mayor productor del mundo con plantas repartidas por los cinco continentes.
El medio detalla que, para el próximo mes de septiembre, la firma japonesa tenía prevista una fabricación de 900,000 unidades en todo el mundo, pero ahora las estimaciones apuntan a que serán tan solo 540,000 unidades.
Si bien la reducción se aplicará en todo el mundo, serán las fábricas de Japón y Estados Unidos las que sufran más las consecuencias con un recorte de 360,000 unidades.
Evidentemente estas nuevas cifras de producción tarde o temprano repercutirán a los clientes y a los trabajadores de las fábricas.
Muchas empresas están recortando turnos de producción o limitando las horas de trabajo para compensar los recortes.
