Cuando compras un Rolls Royce literalmente posees un auto único en el que converge los terminados, colores y materiales que el cliente decida, teniendo como límite únicamente su imaginación y lo abultado de su bolsillo.
Sin embargo, hasta para la armadora inglesa resultó exótico la petición de un cliente que pidió que su Rolls-Royce Ghost tuviera un acabado con polvo genuino de diamantes con el fin de “aumentar el brillo de la pintura”.
Al cliente lo que pida y para esto la armadora inglesa trituró mil diamantes para transformarlos en una especie de polvo que fue aplicado como toque final a un Rolls-Royce Ghost en bitono gris con negro.
Como era de esperarse la armadora se reservó el nombre de este selecto comprador y el costo final de este capricho; sin embargo, sí reveló que para la aplicación del polvo de diamantes fue necesario la inversión de 48 horas.
¿Te imaginas un portazo a esta obra de arte en un estacionamiento?