De acuerdo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) México ocupa el primer lugar en obesidad infantil a nivel mundial. Lejos de que esto sea una simple penosa cifra, su hijo puede estar formando parte de este grupo y usted quizá este ignorando el problema.

¿Cómo identificarlo?

Por ilógico que parezca, la obesidad infantil puede ser minimizada por la esperanza que, al entrar en el periodo de la pubertad, esta tendencia mágicamente va a revertiste; sin embargo, un niño obeso muy probablemente será un adulto obeso.

Para diagnosticar la obesidad infantil se utiliza el índice de masa corporal (IMC). Un niño tiene sobrepeso cuando su IMC supera el percentil 85, y obesidad si alcanza el 97. Este índice se calcula  dividiendo los kilogramos de peso por el cuadrado de la estatura en metros (IMC = peso [kg]/ estatura [m2]).

¿Cómo revertir esta tendencia?

Dos formas principalmente. Ejercicio y alimentación. Pero debemos de ser muy cuidadosos no podemos exigirle que baje en mes lo que muy probablemente se ganó en algunos años de sedentarismo.

Ningún deporte es mejor que otro, todo es cuestión de que su niño se sienta cómodo practicándolo. Un deporte muy aconsejado en estos casos es el baloncesto, ya que resulta muy entretenido. El atletismo, por su parte, es beneficioso para él porque es un deporte muy completo en que se alternan diversos ejercicios físicos.

El ciclismo también es una buena opción. No debe de olvidar que el entrenamiento debe ser suave hasta una cierta edad. El deporte por excelencia, el fútbol, también puede ser una muy buena opción a nivel escolar.

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