En el marco de la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China, el gobierno chino anunció una significativa reducción en la importación de películas estadounidenses. Esta medida surge como respuesta directa a los recientes aranceles del 125% impuestos por la administración del presidente Donald Trump sobre productos chinos, intensificando así la ya prolongada guerra comercial entre ambas potencias.
La Administración Nacional de Cine de China (ANC) comunicó que esta decisión refleja tanto la disminución del interés del público chino por las producciones estadounidenses como una acción en consonancia con las preferencias del mercado local. Además, se enmarca dentro de una serie de represalias comerciales que incluyen la imposición de estos aranceles a productos estadounidenses y restricciones a exportaciones clave.
Así lo confirmó, un portavoz de la Autoridad Cinematográfica de China, quien explicó que esta imposición reducirá el interés y atractivo de producciones norteamericanas en su propia audiencia.
“Seguiremos las reglas del mercado, respetaremos la elección del público y reduciremos adecuadamente el número de importaciones de películas estadounidenses. China es el segundo mayor mercado cinematográfico del mundo. Siempre hemos mantenido un alto nivel de apertura al exterior e introduciremos más películas excelentes del mundo para satisfacer la demanda del mercado”, precisó en un comunicado.
Históricamente, China permitía la exhibición de hasta 34 películas internacionales al año, otorgando a los estudios extranjeros solo el 25% de los ingresos de taquilla, una cifra considerablemente menor en comparación con otros mercados. Sin embargo, en años recientes, la cuota de mercado de Hollywood en China disminuyó, representando apenas el 5% de los ingresos totales de taquilla tan sólo en 2024.
De manera paralela, su cine nacional experimentó un notable crecimiento en popularidad y calidad. Producciones como ‘Ne Zha 2’ han establecido récords de taquilla, recaudando más de $1.8 mil millones de dólares, convirtiéndose en la película más taquillera en un sólo mercado. Este éxito refleja una preferencia creciente del público por contenidos locales que resuenan con su cultura e identidad.
Además, China invirtió significativamente en su industria cinematográfica, desarrollando infraestructuras como la Metrópolis del Cine Oriental en Qingdao, una apuesta que busca posicionarse como un centro de producción de renombre internacional.
Cabe señalar que esta reducción representa un desafío para Hollywood, mercado que ha dependido de este mercado para impulsar sus ingresos internacionales. Estudios como Walt Disney, Paramount Global y Warner Bros Discovery han visto caer el valor de sus acciones tras el anuncio de las restricciones.
Más allá de las disputas comerciales, las diferencias culturales y políticas han influido en la relación entre Hollywood y el país asiático. La censura china intensificó su escrutinio sobre las cintas estadounidenses, prohibiendo o solicitando modificaciones en producciones que no se alinean con los valores del Partido Comunista.
Ejemplos recientes incluyen la exclusión de películas de Marvel como ‘Eternals’ (2021) y ‘Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings’ (2021), cintas que debido a sus contenidos considerados sensibles quedaron fuera del radar cinematográfico.
Esta situación llevó a los estudios norteamericanos a practicar la autocensura, adaptando sus contenidos para evitar conflictos con las autoridades chinas, lo que ha generado críticas sobre la pérdida de libertad artística y la influencia extranjera en la narrativa cinematográfica.
Esta decisión marca un punto de inflexión en las relaciones culturales y comerciales entre ambos países. Mientras Pekín busca fortalecer su industria cinematográfica y promover contenidos que reflejen su identidad cultural, Hollywood enfrenta el desafío de adaptarse a un mercado cada vez más competitivo y regulado.
Esta reducción de producciones cinematográficas es una manifestación más de la compleja y multifacética guerra comercial entre las dos principales economías del mundo, con implicaciones que ya trascendieron el factor económico y que al mismo tiempo se adentran en el ámbito cultural y político.