¿Cuántas veces te has ido de fiesta? Y tus papás, al verte al otro día, un tanto desaliñado, desvelado… te han dicho: ¡pareces teporocho! Muchas… o pocas, lo que sí, es que a todos, en algún momento, nos han llamado así y por supuesto, con ello, viene la búsqueda de algo que nos haga “curar la cruda”, como agua. O qué tal, una infusión de hojas de naranjo o canela, acompañadas de un “piquete” de alcohol… ¿lo probarías?

¡Una palabra bien mexicana!

Este mexicanismo que se ha quedado en el colectivo popular, tiene varios orígenes. Pero de acuerdo con la Academia Mexicana de la Lengua, “teporocho”, es una palabra que sólo es utilizada en México. Y se refiere a esa costumbre de principios del siglo XX, de beber un té con notas de limón, canela y alcohol, el cual se vendía a todos aquellos “enfiestados” que andaban por las calles del Centro Histórico de la CDMX. A tan sólo… ocho centavos la taza.

Para ser más exactos, según Jesús Flores y Escalante, en su libro “Morralla del Caló Mexicano”, esta bebida era vendida exclusivamente en el mercado de La Merced, ubicado a unas cuadras del Zócalo capitalino. Aquí se compraba a diez centavos, pero debido a su popularidad, la fama llegó y de inmediato, otros puestos callejeros, lo comenzaron a vender. La competencia estaba con todo, tan es así, que ya lo ofrecían a ocho, por lo tanto, era común escuchar a los borrachitos: ¡Me da un ‘té por ocho’! O simplemente… ¡Un té por ocho!

origen de la palabra teporocho

De la realidad a la pantalla

Y es que esa palabra, tan arraigada en los mexicanos y asociada con el alcohol, ha servido como estereotipo para escribir libros. El caso más famoso, es el de “Chin Chin el Teporocho”, libro de Armando Ramírez, donde se narran las aventuras de un alcohólico en el barrio de Tepito, que a diario bebe “la teporocha”. La cual es un shot de tamarindo mezclado con alcohol del 96 y que, debido a su éxito, fue llevado a la pantalla grande en 1970.

“Chin chin el Teporocho” fue un cañonazo, donde Armando Ramírez retrataba de manera fina y detallada, la manera en que se veían las personas por las calles, bajo los influjos del alcohol:

“Teporocho: de barba rala, de frente brillante de mugre, de manos hinchadas y uñas crecidas. Con mugre en las comisuras, al caminar rengueaba de la pierna derecha, su ropa raída y pesada por la mugre que se ha ido acumulando a través de los meses de intensas borracheras diarias y noches de vigilia producto de esa sed espantosa…”.

La palabra teporocho en la actualidad

Para nadie es un secreto que el alcoholismo es una enfermedad. Y que la palabra “teporocho” se ha convertido en una forma peculiar y un tanto cómica de referirse a esas personas que beben en exceso, convirtiéndose en un término clásico, que ha pasado de generación en generación.

Por lo tanto, dicen que los mexicanos, con alcohol… curamos las penas, pero… ¿tú cómo lo prefieres?

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¿De dónde surgió el término ‘teporocho’?

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