Rolls-Royce nuevamente lanza un vehículo en algo que podríamos titular: ‘siempre, según sus reglas’. Rolls-Royce Ghost Black Badge, es un imponente espécimen deportivo de la familia inglesa.

Basado en el modelo Ghost, se diferencia por su parilla oscurecida, además de unas brutales llantas de aleación de 21 pulgadas, con unos reflejos azules. Las llantas están construidas con 44 capas de fibra de carbono para rebajar el peso del conjunto.

Por dentro, los pasajeros se envuelven en una atmósfera especial, con un revestimiento de cuero y napa en colores azul y negro.

De acuerdo con la marca, para crear el Rolls-Royce Ghost Black Badge, los ingenieros de la firma británica le otorgaron una calibración especial, que no solo mantiene el incomparable nivel de con confort a bordo del que hace gala, sino que ahora es capaz de ofrecer un comportamiento dinámico más deportivo. Frenos potenciados y una dirección más directa son las grandes novedades en este apartado.

Bajo el imponente cofre fabricado en aluminio esconde el enorme motor de gasolina V12 biturbo de 6.75 litros, pero sus 572 Hp que encontramos en el modelo Gosht, en este modelo lo elevaron hasta unos brutales 600 caballos de refinada potencia.

El par motor también se incrementó, pasando de los 850 Nm de serie a ​​900 Nm, además recortaron el tiempo de cambio entre relaciones de la caja automática de 8 velocidades.

Modificaciones necesarias para lograr unas prestaciones difíciles de creer en un modelo de 5.5 metros y casi 2.5 toneladas: de cero a 100 km/h en 4.7 segundos y capaz de alcanzar una velocidad punta de 250 km/h.

Rolls-Royce Ghost Black Badge, el deportivo de la familia

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