Hace un par de semanas BMW liberó una imagen promocional que auguraba la llegada del que presume ser el SUV más radical que se haya creado la marca hasta el momento, incluso amenazaron, de forma indirecta que podrá igualar -incluso superar- a las de Lamborghini Urus o Porsche Cayenne Turbo GT.
BMW mostró por completo al BMW Concept XM, la antesala del modelo más potente de toda su gama que fue concebido bajo la división M. BMW fue enfático que estos trazos del modelo ‘concept’ se parecerá en un 90% a la versión de producción.
El diseño interior es tan novedoso como el exterior. Si lo vemos las dos primeras plazas (conductor/copiloto) vemos revestimientos en piel, volante de cuero, una única superficie que engloba el cuadro de instrumentos digital y la pantalla central, inserciones de aluminio… excelentemente terminado, como nos tiene acostumbrados la marca.
Sin embargo, lo novedoso del interior es que la parte trasera cuenta con un asiento de tipo banqueta y estilo lounge con alfombras de pelo, cristales tintados para ganar privacidad y un techo con una estructura de prisma tridimensional.
Bajo el cofre resguarda un híbrido enchufable de 750 caballos de fuerza y 1,000 Nm de par motor: cifras que conseguirá combinando un V8 con un motor eléctrico de alto rendimiento. En cuanto a la autonomía, la firma automotriz alemán informó que ofrecerá una independencia eléctrica de 80 kilómetros.
Franciscus van Meel, director ejecutivo de BMW M puntualizó:
“[Este modelo] combina lo mejor de dos mundos. La decisión de convertirlo en un híbrido enchufable en lugar de apostar por una electrificación total fue una cuestión de pragmatismo. En muchos mercados la infraestructura de carga sigue siendo insuficiente y aún limita la comprar de vehículos eléctricos”.
El directivo alemán agregó que la división M todavía tiene razones para mantener los motores térmicos, toda vez que de acuerdo con sus informes:
“Aún existe una gran demanda de V8 y, de momento, no queremos cerrar esa puerta”.
