Ellos dicen ser motivadores, a diario comparten fotos en donde presumen sus cuerpos perfectos, en su vida perfecta. Los escenarios…  las islas de Bali, el incomparable azul del mar Caribe o a bordo de un yate, avión privado o auto exótico; sin embargo, estos perfiles lejos de ayudar, parece que están perjudicando a miles -quizá millones- usuarios que los “monitorean” a diario.

¿Sigues a las hermanas Kardashian, Katy Perry, Lorenzo Haas, Carol Saraiva, Anette de la Rosa, Diana Mau o Michelle Lewin, por mencionar algunos “motivadores”? aparentemente podrían estarte causando una ansiedad depresiva, esto de acuerdo con un estudio titulado #StatusOfMind.

“Instagram es la aplicación más perjudicial para la salud mental de los jóvenes, seguida de cerca por Snapchat, esto de acuerdo con un informe publicado por informe de la Royal Society for Public Health en el Reino Unido

Los resultados de #StatusOfMind, surgen luego de encuestar a casi 1,500 jóvenes de 14 a 24 años de edad sobre cómo ciertas redes sociales afectan su salud y bienestar, generando problemas como ansiedad, depresión, identidad personal e imagen corporal.

Instagram incita a las jóvenes a “compararse con versiones poco realistas, en gran medida curadas, filtradas y modificadas de la realidad”, dijo Matt Keracher, autor del informe.

Levantando la voz…

Hace unos meses la modelo australiana Essena O’Neill reveló al mundo y sus -entonces- 580 mil seguidores (hoy tiene poco más de 4 mil) la verdad detrás de sus casi 2 mil publicaciones. ¿El motivo? Demostrar que “las redes sociales, al menos como yo las estaba usando, no son reales”, según declaró.  “Sin darme cuenta, pasé la mayor parte de mi adolescencia adicta a las redes sociales, la aprobación social y mi apariencia física”.

“NO ES LA VIDA REAL. Me tomé la foto con 100 poses similares tratando de hacer que mi estómago se viera bien. Apenas había comido ese día. Le gritaba a mi hermana menor que siguiera tomando fotos hasta que estuviera orgullosa”.

“Nunca fue mi intención, pero engañé a mucha gente. Llámalo decepción, manipulación, mentira, no decir toda la verdad. Era adicta a la aprobación social y al mismo tiempo me daba miedo que nadie me valorara tal y como soy.

Así que reescribí las leyendas de estas fotos con pequeñas dosis de realidad”, dice Essena en una de sus publicaciones.

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