Henri Cartier-Bresson: el fotógrafo que lo vio todo

El siglo XX estuvo lleno de momentos memorables y trágicos; de hombres y mujeres que decidieron el destino de miles de personas; de avances tecnológicos que hicieron más cómoda la vida y, a la guerra, más mortífera; fue el tiempo en el que algunos países se expandieron y otros más dejaron de existir; un siglo que siempre será recordado por las imágenes cautivadoras y a la vez dolorosas del fotógrafo francés: Henri Cartier-Bresson.

Cartier-Bresson es de origen francés (nació el 22 de agosto de 1908 en Chanteloup, Seine-et-Marne, Francia) aunque podría decirse que fue el primer ciudadano del mundo, por los incontables viajes que realizó a lo largo de su vida. Al igual que el siglo que lo vio nacer, Cartier-Bresson pasó de la pintura a la fotografía, al descubrir el trabajo de Martin Munkácsi, publicado en la revista de arte Arts et Métiers Graphiques.

Henri Cartier-Bresson: el fotógrafo que lo vio todo

Su primera cámara fue una Leica, la cual decidió estrenar con un viaje por Europa junto a sus mejores amigos, Leonor Fini y Pieyre de Mandiargues. Esta experiencia resultó en la primera publicación de sus fotografías en la revista Voilà and Photographies, en 1932, seguida de su primera exhibición, un año más tarde, en la Galería Julien Levy en Nueva York.

Más adelante, Henri Cartier-Bresson viajó a México para trabajar como fotógrafo en una expedición en 1935 para hacer el mapa de la carretera Panamericana. Sin embargo, el proyecto no se llevó a cabo, pero Cartier Bresson decidió quedarse en la capital del país, donde forjó una amistad con el escritor Langston Hughes en el barrio de La Candelaria, sitio que se convirtió en una de los más icónicos que fotografió en México.  Ese mismo año, se exhibió su trabajo, en conjunto con el de Manuel Álvarez Bravo en una exposición en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

Henri Cartier-Bresson: el fotógrafo que lo vio todo

La biografía de Cartier-Bresson, como la de muchos otros de sus contemporáneos, fue paralela a los momentos históricos más importantes de su siglo. Fotografió la dolorosa resaca de la Guerra Civil Española; se unió, en 1940, a la unidad de “Fotografía y Cine” del Tercer Ejército de Francia durante la Segunda Guerra Mundial (SGM), donde fue capturado y escapó al poco tiempo.

El siguiente paso lógico en la carrera de este icónico fotógrafo francés era trabajar en el cine. Colaboró como asistente del director Jean Renoir en las películas Une partie de campagne y La vie est à nous. Individualmente, dirigió dos documentales: Victoire de la vie, un acercamiento a los cuidados médicos de la República Española, y With the Abraham Lincoln Brigade, un retrato de la vida de los soldados americanos durante la SGM.

Henri Cartier-Bresson: el fotógrafo que lo vio todo

El complemento ideal para la carrera de un fotógrafo como Cartier-Bresson es un incansable deseo de viajar. Este deseo lo llevó a retratar los lugares más icónicos, durante los momentos más determinantes, de diversos países, desde su Francia natal, pasando por Italia, China, España, India, Rusia, el Reino Unido, entre otros más.

Además de lugares, el autor de Vive la France también capturó los rostros de las personalidades más importantes del ámbito cultural del siglo XX, como Henri Matisse, Pablo Picasso, Georges Braque, Pierre Bonnard, Paul Claudel y Georges Rouault.

El fuerte y a la vez melancólico estilo de sus fotografías, además de aportar un testimonio ambivalente al siglo más convulso que ha vivido la humanidad, es una aportación sumamente importante a una corriente artística tan importante en el presente como la fotografía.

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